ADAM JEPPESEN DK|UY
Adam Jeppesen (nacido en 1978 en Kalundborg, Dinamarca) es un artista visual contemporáneo reconocido por sus cautivadoras obras fotográficas y esculturales. Con una mirada perspicaz para el detalle y un profundo aprecio por el mundo natural, Jeppesen ha construido una reputación internacional por su enfoque único en la escultura. A menudo inquietante, su trabajo refleja temas de soledad, introspección y el paso del tiempo, así como un profundo interés en cómo los humanos experimentan el mundo. Sus creaciones escultóricas suelen emplear materiales no convencionales mientras busca descubrir formas de expresión que resuenen con experiencias emocionales y sensoriales. En años recientes, Jeppesen ha centrado su atención en el cruce entre la tecnología y la naturaleza, explorando el papel de la inteligencia artificial y sus implicaciones para la humanidad. A lo largo de los años, el arte de Jeppesen ha sido exhibido en numerosas galerías e instituciones en todo el mundo, incluyendo el Museo de Arte de Denver, Foam Fotografiemuseum Amsterdam y el Museo MAR en Argentina.
CLUB SIDERAL
La instalación Club Sideral sirve como una puerta de entrada, transportando a los espectadores desde el encantador pueblo de Garzón a un reino de profunda introspección sobre nuestra conexión con el mundo natural. Un objeto etéreo y teñido, que se asemeja a un cuerpo celestial flotante, hecho de tela translúcida, está suspendido por cientos de hilos delicados. La forma del objeto está determinada por la tensión proveniente de múltiples puntos de anclaje, creando una sensación de equilibrio que se acentúa por la ingravidez de la tela. En la oscuridad, el material fosforescente de cada hilo capta la atención, emitiendo un brillo suave y encantador. Club Sideral es una meditación sobre el equilibrio y la tensión en la naturaleza. El objeto delicadamente suspendido es una metáfora del equilibrio intrincado que sostiene los ecosistemas, las relaciones humanas con la naturaleza y el frágil hilo de la vida misma. Club Sideral provoca la contemplación sobre nuestro lugar dentro del esquema natural más amplio, recordándonos que podemos funcionar tanto como estabilizadores como disruptores.