DANIELA MEDINA POCH (SP)

DANIELA MEDINA POCH CO|DE

Residente de CAMPO AIR de Diciembre
danielamedinapoch.com

Daniela Medina-Poch es una artista e investigadora de Bogotá radicada en Berlín. Medina-Poch investiga cómo las historias no oficiales y las interacciones entre especies contribuyen a la concepción de narrativas ecocéntricas. Sus obras han sido exhibidas en lugares como MAMBO 2023; CCA Berlín 2023; Fridays for Future-Documenta Fifteen 2022; FHXB-Museum; TBA21-Academy 2022; XXII-Bienal de Cerveira 2021; The I Listening Biennial 2021; SAVVY-Contemporary 2020, entre otros. Ha formado parte de los programas de residencia Cittadellarte Fondazione-Pistoletto 2023, Marebox-EU 2021, FLORA ars+natura 2018 y lugar a dudas 2017. Este año participó en el programa Goldrausch Fellowship y ha recibido la beca DAAD STIBET y la subvención Rhizome Microgrant. Sus obras forman parte de las colecciones permanentes del Museo de Arte Moderno de Bogotá y de las plataformas digitales de Collecteurs y Museo de Memoria Histórica de Colombia en Bogotá. Tiene una maestría de la UDK Berlín y es co-iniciadora del programa curatorial Babel Media Art.

 

Sosteniendo la Suavidad entre Cardos y Serpientes

En las colinas del pueblo de Garzón, las ovejas caminan entre cardos y serpientes. De vez en cuando, breves enredos entre ovejas y cardos suavizan las amenazadoras espinas del cardo cuando, en la aleatoriedad del contacto y el movimiento, las plantas adquieren trozos de lana en sus superficies espinosas. Los cardos también se enredan en el pelaje de las ovejas, que se ven llevando ‘cascos de espinas’.

Tales imágenes de suavidad y rudeza son la inspiración y referencia para esta pieza.

Sosteniendo la Suavidad entre Cardos y Serpientes busca celebrar una suavidad que expone y protege, una suavidad como postura política que se sostiene a pesar de las adversidades geopolíticas, eco-sociales y económicas de los tiempos planetarios en los que vivimos.

La pieza se realiza en diálogo con José, un pastor local con quien se intercambiaron historias a través de la técnica de fieltrado, buscando revalorizar la lana y el trabajo de pastoreo, que parecen ser cada vez más invisibles y precarios. La suavidad y la rudeza también se expresan en el entorno rural donde, más allá de una relación romántica con la naturaleza como paisajes de contemplación, existen relaciones de domesticación hacia el campo que es recurso y alimento. Detrás de la suavidad hay labores invisibles y, como en el caso de los cardos y las ovejas, un enredo de relaciones simbióticas no binarias y admirables.